Calderas de Gasóleo

Las calderas de gasoil, como su nombre indica, usan el gasoil como combustible. En comparación con otras calderas, son económicas, tienen un mantenimiento sencillo y requieren de un espacio para instalar el depósito de gasoil. Son una opción muy usada en casas grandes, locales y naves de gran tamaño ya que pueden calentar una estancia en poco tiempo. También son el sistema de calefacción más recomendado en casas aisladas donde no llega la canalización del gas. Como contrapartida, las calderas de gasoil contaminan más que las calderas de gas natural o pellets/biomasa.

Las calderas de gasoil prestan especial atención a la seguridad: están preparadas para soportar mayor temperatura que otras calderas e incorporan muchos accesorios enfocados a que ante cualquier problema se apaguen automáticamente. Si vas a instalar una caldera de gasoil, es recomendable que elijas una marca reconocida que te garantizará una mayor seguridad del sistema.

 Ventajas de las Calderas de Gasoil 

 

Se pueden instalar en cualquier lugar, no dependen de empresas suministradoras que pueden o no, estar en nuestra localidad.

Tienen una mayor duración. Este tipo de calderas son más duraderas ya que la quema del gasoil para la calefacción beneficia el mantenimiento de la caldera.

Menos gastos en instalación y mantenimiento. Los precios de estas calderas suelen ser más bajos que otros tipos.

Mayor seguridad. Las calderas de gasoil trabajan a temperaturas bajas, lo que hace que el riesgo de explosiones disminuya.

Menor contaminación. La quema de gasoil no genera monóxido de carbono.

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Funcionamiento de una caldera de gasoil

Como en el resto de calderas, la caldera de gasoil calienta el agua usando el gasoil como combustible y el agua circula por el circuito de tuberías que llega a los radiadores.

Su funcionamiento es el siguiente: el gasoil almacenado comienza a fluir por un conducto desde el tanque hasta la cámara de combustión. Una vez en la cámara, el gasoil es atomizado, es decir, se divide en decenas de diminutas gotas. Es entonces cuando los electrodos de la cámara de combustión producen una descarga eléctrica que prende fuego al gasoil atomizado y produce unas llamas controladas.

La llama generada calienta una zona denominada intercambiador de calor. Desde esta área, el humo de la combustión se traslada a otra cámara para su expulsión. La salida de humos debe tener unas medidas adecuadas y contar con una instalación realizada por técnicos certificados. El calor que se obtiene en el intercambiador calienta el agua, que puede circular por un circuito de calefacción o como agua caliente.

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